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La microbiota, clave en el funcionamiento del sistema inmunitario

NUESTRO ORGANISMO HA EVOLUCIONADO HASTA CREAR HÁBITATS ESPECÍFICOS EN DIFERENTES PARTES DEL CUERPO CON UN SISTEMA ÚNICO DE MICROORGANISMOS. EL CONJUNTO DE ESTOS MICROORGANISMOS QUE FORMAN PARTE DE NUESTRO SISTEMA SE DENOMINA MICROBIOTA

Cada vez se está investigando más acerca de la importancia de la microbiota intestinal como un nuevo factor a valorar en la obesidad, la diabetes y los trastornos metabólicos asociados.

El ser humano dispone de un conjunto de microorganismos que viven en la piel y en la superficie de las mucosas, fundamentalmente en el aparato digestivo y la vagina; es lo que llamamos microbiota o flora (intestinal, vaginal, etc.). La mayoría suelen ser bacterias , aunque también se pueden encontrar virus, hongos y protozoos. Los microorganismos residen en estos lugares de forma más o menos permanente y en algunos casos realizan funciones beneficiosas específicas. Entre las principales funciones de la flora intestinal está la de proteger nuestro organismo de microorganismos patógenos.

Tener una flora equilibrada y variada es bueno para nuestra salud. La incorporación de otros microorganismos benignos, como los probióticos, puede ayudarnos a mantener ese equilibrio, previniendo así distintas enfermedades.

Probióticos

Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias o levaduras de la flora comensal intestinal) que, ingeridos en cantidades adecuadas, resultan beneficiosos para la salud o la fisiología humana. Una vez ingeridos, deben permanecer vivos para tener efectos fisiológicos, confiriendo un beneficio para nuestra salud cuando se administran en dosis, cepa e indicación adecuada.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el término probiótico como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un efecto beneficioso para la salud del sujeto que lo recibe”. Las especies de Lactobacillus y Bifidobacterium son las más utilizadas, pero también se utiliza la levadura Saccharomyces boulardii y algunas de las especies E. coli y Bacillus. Algunos autores incluyen los probióticos dentro del concepto más amplio de alimentos funcionales, que serían aquellos alimentos que contienen ingredientes (que pueden ser o no nutrientes) que afectan a una o algunas funciones del organismo de forma selectiva y en beneficio de la salud, o que tienen efectos fisiológicos o psicológicos más allá de los efectos nutricionales. Aunque han sido extensamente estudiados, aún no se conoce en detalle el mecanismo de acción de los probióticos que, además, puede variar de forma sustancial entre los diferentes probióticos y también en función de las características del huésped. La com- petitividad con los patógenos intestinales para la adhesión al epitelio intestinal o por los nutrientes luminales, la producción y secreción de sustancias antimicrobianas que inhiben o lisan los patógenos (bacte- riocinas) y, fundamentalmente, una gran variedad de acciones sobre la respuesta de la inmunidad innata y adquirida intestinales, parecen las acciones principales de estos microorganismos.

Las aplicaciones clínicas estudiadas han sido mayoritariamente algunas enfermedades digestivas de naturaleza infecciosa o inmunoinflamatoria.

Prebióticos

Por otra parte, los prebióticos son compuestos no digeribles, presentes en la dieta, que estimulan el crecimiento o la actividad de los microorganismos autóctonos (los que de forma natural forman parte de nuestro organismo), consiguiendo un beneficio para la salud. Las sustancias mejor estudiadas por su efecto prebiótico son los oligosacáridos y fructooligosacáridos que se encuentran en las frutas y hortalizas.

Los alimentos prebióticos son alimentos naturales que, una vez fermentados, contienen levaduras y bacterias vivas beneficiosas para nuestro sistema digestivo. Su consumo regular contribuye a mejorar la flora intestinal. La palabra simbiótico se aplicará a las mezclas de probióticos y prebióticos que generan una acción saludable sinérgica.

Tener una microbiota en forma es crucial y debe de ser un objetivo a conseguir. De hecho, si nuestra flora está sana, entre otros, mejorarán nuestras digestiones: tendremos una mejor absorción de nutrientes y una metabolización más óptima de los carbohidratos. Asimismo, sintetizaremos más eficientemente vitaminas tan importantes como la K y las del complejo B y daremos un importante refuerzo del sistema inmunitario.

Los alimentos que han sido sometidos a un proceso de fermentación, es decir, los alimentos fermentados, han desarrollado microorganismos saludables para el cuerpo humano conocidos como probióticos. Una vez los ingerimos, pueden permanecer activos en nuestros intestinos en cantidad suficiente como para alterar nuestra microbiota, siendo claves para funciones como potenciar la salud inmunológica. Además, entre otros, también pueden contribuir a:

– Reducir los niveles de colesterol.
– Combatir alergias.
– Incrementar la energía por la producción de vitamina B12.
– Aumentar la salud respiratoria.
– Mejorar la piel.
– Ayudar a perder peso.
– Luchar contra la depresión.
Según un estudio recientemente publicado por la Universidad de Stanford, el consumo de alimentos ricos en fibra combinados con alimentos fermentados influye beneficiosamente en la diversidad de nuestra microbiota intestinal y, además, repercute positivamente en la reducción de compuestos relacionados con procesos inflamatorios. La publicación apunta que las bacterias buenas, presentes en alimentos fermentados, interactúan con el revestimiento intestinal para proteger al organismo de invasores dañinos. De este modo, ayudan a que el sistema inmunológico funcione correctamente, lo que se traduce en una mejor capacidad tanto para combatir infecciones como para amortiguar la inflamación crónica.

Los alimentos prebióticos más recomendados

– Yogur. Quizás es el alimento prebiótico más popular. Ligeramente ácido, está elaborado a partir de leche de vaca, cabra u oveja. El yogur es un auténtico básico en las neveras y está completamente instaurado como fuente de probióticos en nuestra dieta desde hace muchísimos años.

– Kéfir. Como el yogur, el kéfir también es un lácteo fermentado, con más bacterias y menos lactosa que su famoso primo hermano. Su sabor, además, es más ácido. Es rico en ácido láctico y en la familia de los Lactobacillus. Entre otros, desintoxica la sangre y el hígado.

– Kombucha. Originario de Asia, este alimento es un té que ha fermentado con la colaboración de una colonia simbiótica de bacterias y levaduras. Es la bebida probiótica con más diversidad bacteriana. Para escoger el mejor kombucha busca que se haya elaborado siguiendo el método tradicional, que contenga ingredientes reales, que no contenga apenas azúcar, que esté envasado en vidrio y que esté sin pasteurizar.

– Chucrut. Es el fermentado ideal para los amantes de lo crujiente. Se elabora a partir de la fermentación de col o repollo, a la que se pueden añadir otras verduras como zanahoria, nabo o rábano, y algunas especias. Tiene bacterias naturales que producen ácido láctico, como el Lactobacillus.

– Kimchi. La sabrosa versión coreana del chucrut nace al hacer fermentar col china con sal y salsa de pescado. Se mezcla con especias y alimentos picantes como los rábanos, el ajo o el jengibre y se convierte en una propuesta culinaria increíblemente sorprendente y cargada de probióticos.

– Queso crudo. Crudo es sinónimo de vivo, sin pasteurizar y con una cantidad importante de probióticos. Busca, preferiblemente, que la leche con la que esté hecho el queso provenga de animales de pasto. Es particularmente rico en probióticos Thermophillus,Bifudus Bulgaricus y Acidophilus.

– Umeboshi. Es uno de los encurtidos más populares en Japón y se obtiene al hacer fermentar ume, una variedad nipona de fruta entre un albaricoque y una ciruela que se seca, se sala y fermenta durante meses.
– Vinagre de manzana. Con un sabor más suave que el de vino, el vinagre de manzana ayuda a controlar la presión arterial y reduce los niveles colesterol. Asimismo, mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a perder peso.

– Encurtidos. Sencillos de elaborar, son un clásico en todas las mesas y una fuente estupenda de probióticos que gusta a todos por igual. Pepinillos, cebolletas, zanahorias, coliflor, nabos, rabanitos… Sobre todo, muy importante: que no estén pasteurizados es crucial.

– Aceitunas. Este magnifico aperitivo de fama mundial también es un alimento probiótico. Es muy importante que sean ecológicas y que no contengan benzoato de sodio, un aditivo que les restaría propiedades.
– Miso. Presente en muchas recetas tradicionales japonesas, se elabora a partir de la fermentación de soja, cebada o arroz integral con koji, un hongo. Su versión gastronómica más famosa es en sopa.

NUTRISCORE

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) han organizado el debate ‘El etiquetado frontal de los alimentos, a debate’, en el que expertos en Nutrición y Obesidad han debatido la utilidad de este sistema de etiquetado para que el consumidor sepa identificar la calidad nutricional de los productos que compra.

El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población: sobrepeso u obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales. La ingesta excesiva de estos nutrientes es resultado, en gran medida, de la amplia disponibilidad, asequibilidad y promoción de productos alimentarios procesados y ultraprocesados, que contienen cantidades excesivas de azúcares, grasas y sodio.

Según los expertos, gran parte de la solución consiste en la aplicación de leyes y regulaciones que reduzcan la demanda y la oferta de productos que contienen cantidades excesivas de nutrientes críticos. Uno de los instrumentos clave para regular esos productos con el objeto de prevenir el desequilibrio en la alimentación es la utilización de etiquetas en el frente del envase que indiquen a los consumidores que el producto contiene cantidades excesivas de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio.

Esta información, obligatoria desde el 13 de diciembre de 2016 y regulada por el Reglamento (UE) Nº1169/2011, debe incluir, siempre por este orden: valor energético (expresado en Kilojulios -kJ- y Kilocalorías -kcal-, por 100 g o 100 ml) y cantidades de grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal. Cuando la información es sobre vitaminas y minerales, se expresan, además, como porcentaje de las ingestas de referencia por 100g o 100ml.

Proporcionar información nutricional apropiada y comprensible

Ana Zugasti, vocal de comunicación y miembro del área de Nutrición de la SEEN, opina que los consumidores leen las etiquetas por varias razones: para obtener información sobre un producto (por ejemplo, su contenido, proceso de producción, origen, certificación), para comparar diferentes marcas y al comprar un nuevo producto. “A menudo, los consumidores esperan que las etiquetas refuercen la información previamente aprendida. En los últimos años, además, están interesados en tomar decisiones mejor informadas y elegir alimentos saludables leyendo la información del envase del producto. Por ejemplo, información nutricional, etiquetas ambientales, etiquetas de advertencia y declaraciones de propiedades saludables. Por lo tanto, es muy importante proporcionar información nutricional apropiada y comprensible a los consumidores que puedan tener un efecto positivo significativo en la elección de alimentos”.

En este sentido, advierte que el etiquetado frontal debe ser una herramienta simple, práctica y eficaz para informar al público sobre productos que pueden dañar la salud y ayudar a orientar las decisiones de compra. “Se ha comprobado que los consumidores realizan muy poco esfuerzo cognoscitivo y tiempo para decidir sus compras, se necesita un sistema de etiquetado frontal que cumpla ese propósito. En relación con el NutriScore se han publicado numerosos estudios científicos[i] que han demostrado que es un modelo de etiquetado nutricional que se comprende y se utiliza bien y condiciona favorablemente la calidad nutricional de la cesta de la compra en beneficio para la salud”.

 

Francisco Tinahones, presidente de la SEEDO, coincide con la Dra. Zugasti y asegura que está demostrado que un etiquetado frontal más fácil e inteligible modifica la elección del carro de la compra y el consumo. “El etiquetado actual es difícil de entender por un no profesional, además hace falta muy buena vista para incluso leerlo. NutriScore es muy fácil de interpretar y por tanto puede influir en la elección de alimentos más saludables en un mayor porcentaje de consumidores”, advierte.

Los expertos recuerdan que NutriScore es un sistema de información sobre la calidad nutricional, no un valor absoluto, no es bueno frente a malo. Con sus 5 categorías permite comparar la calidad nutricional de alimentos similares (aquellos a los que se les va a dar igual uso). Y como cualquier otro tipo de etiquetado frontal no es capaz de abarcar todas las dimensiones de salud de los alimentos. Los expertos saben que la categoría A o B de Nutri-Score que obtienen algunos productos (refrescos sin azúcar o algún alimento ultraprocesado) podría estimular el consumo excesivo de los mismos, que no se recomendarían como parte de una alimentación saludable, ya que este sistema de etiquetado frontal los envuelve en un falso “halo de salud” y proyectan la idea errónea de que son saludables. Por este motivo, la Dra. Zugasti opina que es posible que en los próximos años se hagan modificaciones del algoritmo de este modelo de etiquetado frontal por parte del Comité Científico Europeo, creado por los 7 países europeos que han adoptado este sistema de etiquetado, actualizándolo de acuerdo con el progreso de los conocimientos científicos y los intereses de la salud pública.

EL Dr. Tinahones opina que cualquier intervención que sirva al consumidor para elegir productos más saludables redundará en la prevención de la obesidad. “Una de las variables que tiene en cuenta NutriScore para calificar a un alimento es la cantidad de calorías que tiene por 100 gramos. Por tanto, alimentos con muy alto contenido calórico salen mal puntuados. Si esto contribuye a que el consumidor elija alimentos con menos contenido calórico puede ayudar a prevenir la obesidad”. Este experto espera que, aunque no existe todavía un estudio que demuestre que su aplicación haya reducido las tasas de obesidad, pueda realizarse próximamente.

 

  • Sobre SEEN

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) es una sociedad científica compuesta por Endocrinólogos, Bioquímicos, Biólogos y otros especialistas que trabajan en el campo de la Endocrinología, Diabetes, Nutrición y Metabolismo, para profundizar en su conocimiento y difundirlo.

En la actualidad, la SEEN está formada por 1.950 miembros, todos ellos implicados en el estudio de las hormonas, el metabolismo y la nutrición. Está reconocida como una Sociedad Científica de referencia en estas áreas temáticas entre cuyos objetivos se encuentra la generación de nuevos conocimientos y su traslado a la atención clínica que conlleve mejoras en el diagnóstico y el tratamiento de aquellos pacientes con enfermedades endocrinológicas y/o nutricionales.

  • Acerca de la SEEDO

Es una sociedad científica en crecimiento, consta ya de más de 500 socios de diferentes disciplinas, todas ellas relacionadas con la obesidad. Es de carácter traslacional y altamente implicada, en el ámbito nacional e internacional, en iniciativas de prevención y tratamiento de las enfermedades metabólicas, especialmente de la obesidad, objetivo prioritario de los programas de salud pública por su alta prevalencia en todo el mundo desarrollado.

Para contribuir a la lucha contra la obesidad, la SEEDO a través de su Fundación ha puesto en marcha un proyecto para detener y revertir la considera epidemia del siglo XXI sumando los recursos y capacidades de todos los agentes involucrados. Nace así “Prevención de la Obesidad. Aligera tu Vida”, un proyecto reconocido oficialmente por el Gobierno de España como “acontecimiento de excepcional interés público”.

Recientemente está muy concienciada del papel de los Psicólogos/as como uno de los pilares del tratamiento de la obesidad y es por ello que ha firmado un convenio con el COPC para trabajar conjuntamente en beneficio de las personas con obesidad.

 

BULOS Y NOTICIAS FALSAS SOBRE TEMAS DE SALUD

Los bulos sobre salud suponen un riesgo para los pacientes que se exponen a la desinformación. La propagación de datos falsos supone un problema cada vez más grave.

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El acceso inmediato a información ilimitada que nos proporciona la digitalización puede facilitar la vida diaria, pero tiene un gran inconveniente: la proliferación de ideas falsas y de datos erróneos que, especialmente en el ámbito de la salud, suponen un peligro.

Se trata de un fenómeno en aumento [1], ya que cada vez son más los usuarios que consultan información sobre salud en Internet, a menudo sin haber recibido la orientación necesaria para discernir entre contenido de confianza y contenido poco fiable.

Según el II Estudio sobre Bulos en Salud [1], llevado a cabo por el Instituto #SaludsinBulos en 2019, el 63% de los 350 profesionales encuestados aseguró que los bulos de salud habían aumentado respecto al año anterior. Un 65% consideró que la desinformación en salud provoca una falta de confianza en el personal sanitario, que puede tener consecuencias graves en la salud. Además, el 90% afirmó que los pacientes buscan información sobre síntomas y patologías en Internet antes de acudir a una consulta.

Según el estudio, los principales canales de difusión de información errónea sobre salud son las redes sociales, especialmente  WhatsApp, Facebook y Twitter. Además, los datos del Instituto #SaludsinBulos afirman que muchas apps sobre salud no están acreditadas.

 

¿Cómo se expanden los bulos?

Muchos estudios analizan el comportamiento de los usuarios en la búsqueda de información, pero todavía se comprende poco sobre la epidemia de la desinformación. Un estudio [2] afirma que los datos falsos se propagan más y más rápido que los verdaderos, y que esto ocurre porque los datos falsos a menudo tienen un componente de novedad, sorpresa, miedo o disgusto. La literatura sobre la psicología del comportamiento en línea respalda estos datos, sugiriendo que las personas son más propensas a compartir contenido que produce una respuesta emocional.

 

Los temas con más información falsa

Algunos temas de salud son especialmente susceptibles a la desinformación, debido a la cantidad de usuarios que toman interés en ellos o a causa de terceros interesados en obtener un beneficio a través de la difusión de bulos. Entre los temas más afectados se encuentran [1]:

  • El cáncer. Según un metaanálisis de datos publicado en el Journal of Cancer Education, el 60% de las apps sobre cáncer no están certificadas, y no distinguen entre contenido científico y contenido publicitario. Además, existen bulos sobre remedios milagrosos que prometen curar el cáncer, como las semillas de albaricoque [2]. Esta es una afirmación peligrosa, ya que su consumo puede causar intoxicación por cianuro.
  • Las vacunas. Un estudio británico realizado por la Royal Society for Public Health afirma que el 41% de los padres con hijos menores de edad han recibido mensajes negativos sobre las vacunas a través de redes sociales. La proliferación falsa de esta información suele agravarse en época de infecciones virales como la gripe, lo cual puede suponer un riesgo de salud para los pacientes que deciden no vacunarse, especialmente si son pacientes de riesgo.
  • La alimentación. Según el I Estudio sobre Bulos de Salud, más de la mitad de los bulos sobre salud que circulan en la red están relacionados con la alimentación. Algunos de los datos falsos más extendidos son la existencia de “superalimentos”, la presencia de hormonas en la carne de pollo o la información errónea sobre la leche entera, desnatada, sin lactosa, etc.

La desinformación sobre el coronavirus

La pandemia de la COVID-19 ha generado una serie de informaciones falsas alrededor del coronavirus [3]. La difusión de información no oficial o contrastada, incluso si está firmada con el nombre de una persona supuestamente de confianza, supone un grave riesgo para la salud pública, ya que contribuye a aumentar el miedo y la estigmatización, e incluso a hacer que los pacientes dejen de tomar las medidas de protección recomendadas o que se expongan más al virus. Es importante que tanto los profesionales como los pacientes busquen fuentes de confianza, acreditadas por entidades sanitarias oficiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que se informen sólo a través de estas fuentes. Desde la farmacia, se pueden indicar estas referencias a los pacientes que hagan consultas sobre COVID-19.

 

La farmacia contra la desinformación

El Consejo General de Colegios Farmacéuticos y el Instituto #SaludsinBulos presentaron una campaña para detener la desinformación sobre medicamentos en redes sociales [4]. La campaña, dirigida a los pacientes, incluye un decálogo de recomendaciones para aprender a distinguir información veraz e información falsa.

Desde la farmacia, se pueden mostrar las diferentes recomendaciones de esta campaña a los pacientes expuestos a información falsa sobre medicamentos. Se puede detectar si han estado expuestos a información falsa sobre medicamentos mediante la realización de preguntas relacionadas, por ejemplo, con los grandes resultados que puede prometer y si cuenta con evidencia científica.

Fuente: TevaFarmacia.

«Tecnología SCA® y ENDOCARE ampollas»

Si te perdiste el directo en el perfil de Instagram de ENDOCARE con la periodista de belleza, Silvia Capafons y la dermatóloga Maite Truchuelo, sobre ampollas ENDOCARE y la tecnología SCA® rica en factores de crecimiento, hemos recopilado lo más destacado en este post:

S: En el mercado hay infinidad de ampollas, ¿qué tiene este formato que causa este furor?

M: Es un formato que permite una alta concentración de activos y cunde mucho. Una pequeña cantidad de ampolla va a ser más eficaz que otro formato como cremas, serums..
Además, es una presentación revolucionaria porque permite que esas altas concentraciones y se conserven y no se contaminen los activos, por lo que es un sistema seguro, ligero y que se puede transportar de forma fácil

S: ¿Qué activos debe tener una buena ampolla?

M: Los activos estrella son SCA® factores de crecimiento, un concentrado bioproteico que se obtiene de la secreción purificada del cryptomphalus aspersa y tiene propiedades antioxidantes y regenerativas tanto a nivel dér,ico como epidérmico.
La vitamina C es el otro activo estrella. La mayoría de ampollas de ENDOCARE combinan Vitamina c pura con estabilizada. La diferencia en los tipos de vitamina C es que, la que está formulada como vitamina C pura permite una acción mas rápida y por otra parte, la vitamina C estabilizada muestra su efecto más a largo plazo.
A parte de estos activos estrella también encontramos otros que complementan su eficacia como los sistemas antioxidantes, los proteoglicanos…

S: ¿Qué indicaciones tiene una ampolla?

M: Depende de cada ampolla y de esos activos que comentábamos. Según se combinen y la concentración, hay diferentes ampollas para cubrir cada necesidad. Hay para iluminar, para piel seca, con efecto tensor, para fotoenvejecimiento, específicas para regeneración cutánea, para cicatrices de acné..
Para conseguir ese efecto tensor son ideales las ampollas ENDOCARE Tensage. Para pieles secas me gustan mucho las ampollas ENDOCARE RADIANCE C20 proteoglicanos.
Para regeneración cutánea recomiendo las ENDOCARE RADIANCE C Oil freeporque tienen un concentrado de SCA® factores de crecimiento muy alto, del 40%. Yo las recomiendo mucho en consulta después de tratamientos como el láser fraccionado ablativo.

S: ¿Tú utilizas ampollas ENDOCARE?

M: Como mi tipo de piel es mixta-grasa me gustan mucho las ENDOCARE RADIANCE C oil free pero cuando tengo un evento me gusta utilizar las ampollas ENDOCARE Tensage. Unas dos o tres semanas antes empiezo a utilizarlas porque tienen un 50% de SCA® y hacen un efecto más tensor. Las recomendamos a los pacientes que vienen con problemas de descolgamiento o que nos preguntan por el cuello que es una zona muy difícil de tratar

Yo utilizo media ampolla por la mañana y media por la noche, me cunde mucho así. Es verdad que hay que acordarse de ponérsela también en cuello, escote y manos, así que si la aplicamos bien en todas esas zonas igual se utiliza una entera. Si solo utilizas media, no habría problema en utilizarla al día siguiente.
Además, la vitamina C se puede poner tanto por la mañana como por la noche. Por la mañana nos oxidamos más y llevar la vitamina C nos protege y por la noche reparamos el daño que hemos acumulado durante todo el día.

S: ¿Se pueden combinar unas ampollas de día y otras de noche?

M: Claro, por el día pueden usarse, por ejemplo, las ENDOCARE RADIANCE Proteoglicanos SPF30 y por la noche, por ejemplo, las ENDOCARE Tensage. Así tendríamos la combinación de protección solar durante el día y efecto tensor por la noche.

S: ¿La Vitamina C y el retinol son compatibles?

M: La vitamina C es un ácido y la que está presente en las ampollas no irrita. El retinol hay que empezar poco a poco y dependiendo de cada piel se tolerará mejor o peor. La pauta de retinol debe ser más espaciada, hay que tener cuidado e ir poco a poco adaptando a la piel.
Se pueden combinar y a los dermatólogos esa combinación nos gusta mucho. El retinoide permite que la piel se vea con más luz.

 

 

 

Hola, ¿cómo le puedo ayudar?